07 julio, 2012

La celebración hacia los cinco millones

Ayer, día 6 de julio, me gradué. Un camino de cuatro años que me tocó (obligué) conmemorar por medio de un discurso. Aquí os dejo el discurso que dijimos mi compañero Javi Guzmán y yo.

Según la gente, fue un discurso atípico, si nos ponemos a pensar, pocos discursos se dicen por una pareja de hombres, la mayoría suelen ser dichos por una sola persona o en el caso de una pareja, esta está compuesta por un hombre y por una mujer.

Además, fue bastante irónico hacia todos los sectores, a la misma vez que educado, pero siempre con un toque de humor. He de confesar que el discurso no se dijo tal y como lo vais a leer aquí abajo, puesto como dice uno de mis profesores favoritos: "un buen orador es aquel que lee el principio del párrafo y luego mira al público e improvisa el final con lo que ya tiene escrito, como era el caso de Martin Luther King", por lo que en afán de mirar al que en ese momento era mi público, improvisé más de dos o tres líneas.

Todo esto no podría haber salido bien sin la buena compenetración que tuvimos mi compañero y yo, tanto a la hora de componer el discurso, como a la hora de exponerlo, puesto que ambos teníamos en mente hacer un discurso en la misma línea. Todo esto se pudo comprobar en las numerosas felicitaciones que recibimos más tarde por parte de familiares, compañeros de clase, compañeros de otras carreras, profesores e incluso el decano y esos hombres con gorritos de lámpara de diseño vintage que presidían la ceremonia.

Sin más dilación... here it is!


- Buenas tardes
- Good evening
- Bienvenidos a nuestra graduación
- And welcome to our graduation
- Agradecemos a todos vosotros que hayáis tenido el interés y las ganas de haber decidido venir a vernos en una noche tan especial para nosotros, como es esta, el día de nuestra graduación, el culmen de nuestra carrera universitaria
- Mmm mmmm mmm Thank you
- Lo primero, enhorabuena a todos, también a los de Humanidades, Filología Francesa y Árabe, y aunque no nos escuchen, a los de Filología Hispánica y Clásica, Historia, Lingüística.
- El ser humano tiene una extraña costumbre de celebrar las peores transiciones de su vida. Celebramos el pasar de ser un año más joven a un año más viejo, hacemos ceremonia del paso de la vida a la muerte y esta noche celebramos el paso de la estupenda vida del estudiante a pertenecer al grupo de los 5millones… la cola del INEM
- La verdad es que no nos ha cogido por sorpresa, sobre todo, teniendo en cuenta que las primeras palabras que nos dijeron en la ceremonia de inauguración de la carrera fueron:

- “agradecemos la confianza que habéis depositado matriculándoos en una carrera de letras”

- Graduarse (o Licenciarse en nuestro caso) es una palabra complicada. El diccionario de la RAE seguro que da una definición, pero dudo que pueda aplicarse a todos y cada uno de nosotros, ya que para cada uno de vosotros significa algo diferente. Para algunos puede ser librarse de aquel profesor que nos ha hecho la vida imposible (seguro que todos tenemos a alguno en mente); para otros despedirnos de amigos a los que dejaremos de ver todos los días en la cafetería; quizás dejar de tener que escribir portafolios y comentarios de texto; y seguro que hay alguno que echa de menos hacer exámenes. Si algo tenemos todos en común es que es el fin de una etapa, pero sobre todo el principio de otra mucho más importante, el resto de nuestra vida.
- El entrar en la carrera no ha sido más que el principio de un proceso de conversión de cuatro años entre pasar de ser gente normal, aspirante a tener una vida normal y la gente nos saludaba de una forma normal con un simple “hola, qué tal el día” a “tú sabes inglés, no? Tradúceme esto” y empezamos a sufrir dolores de barriga, cabeza u ojos, al ver gente decir “GOOGLE”, “YOUTUBE” o “jajta” cuando se refieren al hashtag de tuiter.
- Pensad en un momento hace cuatro años. La mayoría acabábamos de empezar la carrera, para muchos la primera, y todos estábamos llenos de ilusiones, expectativas y ganas de aprender. De alguna manera o de otra todos teníamos la misma meta, el día de hoy; sin embargo, seguro que no somos las mismas personas. Muchos acababan de terminar Bachillerato, hecho selectividad y acabado en la UCA, otros venían rebotados de otras carreras, otros se unirían más tarde, pero todos recorreríamos el mismo camino, un camino que acaba aquí, pero éste camino era sólo el primero (y el más fácil).
- Durante estos cuatro años hemos pasado de ser simples humanos a ser máquinas pensantes para terminar creando una máquina que pueda pensar por/para o con nosotros. Hemos aprendido a debatir cosas que ni si quiera se han creado y sobre todo hemos aprendido a hablar de temas de los que no teníamos ni idea.
- El camino no ha sido siempre fácil, y hay cosas que nunca olvidaremos. Los viajes en tren o autobús o en coche a las 7 de la mañana, cuando el sol apenas empieza a asomarse tímidamente. Nuestro querido amigo Chomsky, omnipresente durante toda la carrera, que ha seguido dándonos quebraderos de cabeza incluso después de dejar la lingüística. EL principio de Cooperación y las máximas de Grice. La literatura anglosajona y Beowulf.
- Nos hemos convertido en gente repelente, me di cuenta de esto cuando una amiga (que se encuentra hoy entre nosotros) me dijo que me había convertido en la raya roja del Word porque siempre andaba corrigiendo a la gente, por ejemplo, mis familiares ya están pensando en si dejarme herencia o no. A pesar de ser la raya roja del Word, seguimos sin sacarle partido al Campus virtual, se nos sigue quedando pillado cuando mandamos el trabajo a última hora y todavía no sabemos enumerar las páginas en el Open Office.
- En fin, seguro que os hacéis una idea. Pero hay un dicho que dice que lo que no nos mata nos hace más fuertes, y todos seguimos aquí, ¿no?
Llegamos aquí sin saber la diferencia entre un crédito normal o uno de libre configuración, ni la diferencia entre una troncal y una obligatoria, ni por qué teníamos dos profesores para una asignatura y a veces nunca hemos llegado a conocer a uno de los dos. Pero tranquilos, ya, una vez terminada conocemos todo lo que esté relacionado con hacer una matrícula… menos una matrícula de honor.

- También nos convertimos en cazadores de mitos, empezamos a descubrir que esas absurdas leyendas sobre la universidad eran falsas, como que no pasaba nada si no venías a clase, que te pasas mucho tiempo en la cafetería jugando al mus o que todo sería más fácil puesto que estabas estudiando algo que te gusta, por lo que pondríamos más interés en las asignaturas… mentira.
También hay grandes leyendas que nos ha encantado desmentir, como que estudiar filología inglesa es aprender inglés y estudiar a Shakespeare, como que los profesores no se saben ni tu nombre, que no tienen compasión contigo y el típico “si no entiendes nada, te aguantas”… todo mentira, aunque creo que eso solo es mentira en esta facultad.

- Afortunadamente nos hemos topado con profesores bastante comprensivos, que han sabido tendernos la mano y que han viajado, en varias ocasiones, cruzando la línea entre profesor y compañero//
//Que se preocupaban por nosotros y nos alejaban del mal de la sociedad poniendo nuestros cuerpos y mentes a salvo haciendo coincidir las entregas de los trabajos con las festividades de todas nuestras ciudades: carnaval, feria, Navidades…
Para más INRI, nos cogían cariño y nos suspendían asignaturas para asegurarse de volver a vernos de nuevo en septiembre, y si nos querían mucho, para vernos también el curso siguiente.

- Otra de las grandes leyendas es aquella que cuenta que los mejores amigos salen de la universidad, esto no es mentira, esto es de las grandes verdades del mundo. Amigos de los que sus apuntes nos han hecho aprobar más de un examen o dos y que su explicación en el patio antes de entrar en el examen nos ha encendido la bombilla lo justo como para poder salir airoso de alguna que otra pregunta.

- Me siento honrado de haber podido compartir estos 4 años con todos vosotros. Como una gran familia, la convivencia no siempre ha sido fácil, han habido riñas y discusiones, pero al fin y al cabo todos nos hemos apoyado, ayudado en momentos de necesidad, y me gusta pensar que si ya no soy el chico que se encontraba perdido hace cuatro años es gracias a vosotros.

- Queremos hacer una especial mención a aquellas personas que nos han hecho mucho más amenos estos cuatro años, gente que nunca nos ha dado clase pero que sin ellos no estaríamos aquí hoy. Todo el equipo de la facultad, los primeros que entran y los últimos que salen: las limpiadoras; los camareros y cocineros de cafetería; conserjes, bedeles, secretarios y demás personal que aguantaban nuestras preguntas una tras otra, que nos servían el desayuno todas las mañanas con una sonrisa, que limpiaban las aulas que nosotros usábamos. Muchas gracias a vosotros también.

- Un profesor me dijo en los últimos días de clase: vais a echar de menos esto, cuando vuestro mayor problema sea terminar un comentario a tiempo o aprobar una asignatura. Todos sabemos que vamos a echar de menos esto, aunque puede que unos más que otros, pero por muchos problemas a los que nos enfrentemos en nuestras vidas, yo me quedo con que hemos llegado hasta aquí, que después de tantas noches de estudio, tanto sacrificio y trabajo, podemos con cualquier cosa que nos echen por delante.

- Por último, antes de despedirnos, nos gustaría pediros un favor. Nos gustaría que todos los que se gradúen esta noche se levantasen un momento y se dieran la vuelta. Ahora vamos a proceder a dar las últimas gracias de la noche, estáis mirando a la gente que nos  han pagado el bus, nos han apoyado en la época de exámenes, los que nos han dicho que todo va a salir bien, los primeros que nos preguntan cómo nos ha salido el examen, los últimos en desearnos suerte y a los primeros que llamamos a gritos cuando descubrimos que esa asignatura que pensábamos que estaba suspensa está aprobada. Nuestras madres, padres, hermanos, hermanas, amigos, amigas… toda esa gente que estamos mirando a los ojos en este momento han cumplido esa función y es la razón por la que estén aquí con nosotros esta noche, razón más que suficiente para ganarse este aplauso que le vamos a regalar ahora mismo.

Por último, como diría Robert Frost:
Aunque el camino haya sido encantador, también ha sido duro y profundo. Todavía nos queda un largo camino que cumplir y millas que andar antes de irnos a dormir y millas que andar antes de irnos a dormir


Álvaro Luther King

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