30 septiembre, 2013

El último día de mi año (y pico) sabático

Ni os imagináis las ganas que tenía de decir que ya se acaba mi año sabático, un año larguísimo, más de 400 días que han parecido 3000.

Todo empezó una calurosa mañana de septiembre del 2012, donde decidí que no quería dedicarme nunca más a la enseñanza después de un verano dando clases particulares. Sin plaza en el máster que yo quería hacer para enlazarlo con un doctorado y así terminar siendo profesor de traducción (o hacer algo relacionado con los subtítulos), decidí romper del todo con mi vida y, sí señores, decidí matricularme en Publicidad.

Mi sorpresa fue que desde que yo hice selectividad, allá por los años del 2008, las cosas habían cambiado un poco. Ya no se reservaban plazas para septiembre como se hacía antaño y si una carrera se llenaba en junio, no tenías posibilidad de acceder hasta el año siguiente (a menos que te metieras en la privada, pero no, la situación económica de mi casa me lo impedía con creces)

Dadas las circunstancias, mi madre me dijo (muy sabia ella): "¿por qué no te tomas un año sabático y aclaras las ideas?" (con intención de que recapacitara y terminara haciendo el máster de educación secundaria, cosa que a día de hoy todavía intenta convencerme) Le hice caso y decidí tomarme un año sabático, donde daría clases particulares para tener algo que hacer (en un principio sería mero entretenimiento) y así poder viajar y conocer un poco más de mundo (aunque creo que de eso no me podía quejar por aquella época, creo que he recorrido bastantes países).

Si bien, todo parecía perfecto, no lo fue.

Las clases particulares empezaron a aglomerarse entre todos los días de la semana. Lo que empezó por tres días a la semana, termino, en algunos casos, cogiéndome incluso los fines de semana por la mañana. Los precios que tenía y la fama que me fui creando de que todos aprobaban conmigo (fama merecida, no por echarme flores, pero sí que es verdad que aprobaban) provocaron esto, pasando a ser las clases particulares, más que un entretenimiento, mi principal ocupación y, ¿por qué no decirlo?, preocupación.

La alta ocupación horaria me impidió cumplir uno de mis motivos principales, viajar (en un año solo hice dos viajes: mi amada Granada y Düsseldorf (Alemania). No está mal, pero teniendo en cuenta que quería dedicar el año a viajar, me parece insuficiente. Eso sí, la otra razón del año sabático se cumplió con creces, despejar dudas, me despejó por completo que no quiero aguantar a niños con hormonas preadolescentes y mucho menos convencerles de por qué debe aprender un idioma extranjero.

Aun así, no todo fue tan malo como parecía. Ya publiqué en mi cuenta de Facebook que el 2013 y yo nos íbamos a llevar muy bien y (salvo algunos achaques) todo ha ido sobre ruedas.

La relación con mis amigos se ha terminado de asentar completamente, había bastantes altibajos, pero creo que ya todos tenemos la madurez suficiente como para aceptar cómo somos y por qué actuamos así. Todos hemos tomado nuestro camino sin olvidar quiénes son nuestros mejores amigos, los amigos de toda la vida, los que te conocen como nadie más te conocerá  y los que, porque te quieren, te han dejado tomar el camino en solitario.

Durante este año sabático, me he enamorado dos veces, la primera vez, intensamente, se vivió en dos partes de las cuales salí bastante escaldado; y la segunda vez, ¿cómo decirlo? ¿conocéis esa sensación de "¿cómo he podido decir alguna vez en mi vida que he estado enamorado si nunca he sentido esto?" o "Solo dar las gracias a todos mis exs que me han dejado, porque si no, nunca hubiera sido así de feliz en mi vida" pues eso. Yo sabía que el 2013, a pesar de parecer un número gafado, me iba a tratar bien y no hay mejor manera de terminar este año sabático que de la mano de esa persona.

Finalmente entré en Publicidad, no exactamente dónde quería, pero he entrado en una doble titulación: "Publicidad y Relaciones Públicas + Márketing e investigación de mercados"  como siga así voy a tener más títulos que la Duquesa de Alba.

Dicho esto y habiendo hecho un repaso a rasgos muy grandes de mi año sabático, solo queda autodesearme que este año vaya, al menos, igual de bien que ha ido estos últimos meses y que llegue por fin el momento en el que este blog deje de llamarse "La aburrida vida de un filólogo" a "La maravillosa vida de Álvaro"

Mi nombre es @AlvaroScando
y nos vemos en más blogs.
O no...


04 agosto, 2013

Si dios fuera móvil y móvil es Vodafone

Me atrevo a escribir esta entrada por petición de mi querida amiga Cristina H.M. (a.k.a. Cristy Peta Zetas), so pena de plagio en el caso de que yo no lo hiciera.

Primero he de poneros en situación:
Hoy, en una de las tantas conversaciones inoportunas que mis amigos y yo tenemos por esos queridos grupos de Whats_app hablábamos sobre si dios se "ofendería" en el caso de que una persona perteneciera a dos religiones distintas, es decir, si una persona se hubiera autohumillado en dos procesos de bautismo diferentes.

Yo, que siempre tengo que opinar aunque no tenga ni idea, le dije que (en el caso que hablábamos específicamente) no debería, porque una persona que fuese cristiana y evangélica (vuelvo a repetir, que pase por sendos procesos de bautismo) haría que dios se sintiera querido igualmente, pero desde puntos distintos. Como la situación no se quedaba clara, procedí a hacer esta reducción (no tan) al absurdo:

Para empezar, a dios le daría igual porque no existe, por lo tanto no puedes ofender a un ser inexistente, sería como ofender al día miércoles, es decir, vamos a abrir un tema de debate sobre una posibilidad, como hacen los matemáticos cuando hablan del número "i", hablamos sobre algo que sabemos que va a ser de utilidad cero, pero hablamos para dar la lata.

Supongamos que dios existiese:
Para hacer una comparación rápida y comprensible, imaginemos que dios es la línea de teléfonos móviles, el hecho de recibir línea, las ondas. Por ende, las compañías de teléfono serían las religiones que existen que entregan su amor y dinero a dios.

El cristianismo sería Orange y sus tarifas serían las ramas del cristianismo. Todas las tarifas serían Orange, pero sus condiciones/creencias serían distintas, es decir, tú crees en la existencia de Jesucristo como idea principal (|| le pagas a Orange), pero tus ideas o creencias no son del todo parecidas a las de las ramas compañeras (|| tu tarifa, por mucho que le pagues a Orange puede que sea distinta a la de tus amigos)

Es decir, mientras creas en Jesucristo, da igual a qué rama pertenezcas || mientras pagues a Orange, da igual qué tarifa tengas.

Me hago un contrato con la tarifa "Creo solo en dios" || Me bautizo en una rama en la que solo cree en la existencia de dios
Me hago un contrato con al tarifa "Creo en dios + la virgen" 
Me hago un contrato con el pack ahorra "Creo en dios + la virgen + en el niño Jesús" por un módico precio que será destinada a la Banca del Vaticano.

Como dije antes, las tarifas serían las ramas de la misma creencia, da igual qué tarifa tengas porque siempre le pagarás a Orange.

Más adelante, salió la pregunta: "¿Entonces daría igual que fuese católico y judío?"

En ese caso estaríamos hablando de compañías de teléfono distintas, suponemos que el judaísmo es Vodafone porque es más cara, en este caso, el cristianismo y el dios que lo representa (su tributo de la compañía naranja) se enfadarían y un cura te llamaría por teléfono diciendo que irás al infierno y un rabino te hará una contraoferta diciéndote que en el Seno de Abraham se está mucho mejor.

Aunque la comparación sea una reducción a lo absurdo, me he hecho entender (creo) y tampoco hay muchas diferencias, bueno, a primera vista diría que hay una gran similitud y una gran diferencia. La gran similitud es que las dos (religión, telefonía móvil) te venden cosas haciéndote creer que son necesarias para tu vida diaria, pero por rompes una lanza a favor de la telefonía móvil, ellos solo te obligan a estar con ellos 18 meses, si no tienes que pagar una penalización por incumplir la permanencia. Mientras tanto, la religión siempre te hará pagar la permanencia de ir al infierno si te vas.

Álvaro Brown

08 octubre, 2012

Querido alumno





Pasados, presentes y futuros alumnos de inglés que haya podido, puedo o podré tener, hay algo que os tengo que confesar, más bien, repetir:

"Me escucharéis decir que el inglés es una materia en la que no se tiene por qué estudiar y, en cierta manera, es verdad, pero todo depende de lo que entendamos por "estudiar".

Para mí, el concepto "estudiar" es sentarse delante de un libro o un documento escrito en el que hay unos ciertos conocimientos expresados en ellos en los que tienes que sacar la esencia de ese texto, entenderlo y luego saber qué dice. O sea, que solo se limita a "memorizar" o aprender autodidácticamente mediante documentos (recomendemos la segunda parte)

El problema es que mi concepto de estudiar es distinto al vuestro, vuestro concepto de estudiar es tener contacto con la materia. Simplemente, por lo que vuestro concepto de "no estudiar" se define con un "no hacer nada"

En lo que se difiere del mío, es que para mí "no estudiar" no se limita a no hacer nada, para mi "no estudiar" se limita a no tener que sentarme de la típica forma aburrida delante del documento y leer y leer y leer, pero sí implica trabajar, curiosear, preguntar, INTERESARME por lo que estoy haciendo, practicarlo, relacionarlo con el mundo en el que vivo.

Queridos, cuando os digo eso, me refiero a que no hay que "estudiar" a mi manera, pero sí hay que "no estudiar" (a la mía, por supuesto)

09 julio, 2012

Freaks

Ayer estuve con alguno de mis amigos, no todos, pero sí los más allegados. Llegamos a una conclusión: somos tan raros que nos creemos tan normales que empezamos a ver rara a la gente que es normal.

Seguro que ahora estará el filosofillo de turno rebatiendo: "¿Pero qué es la normalidad?"

La normalidad es la característica que poseen los objetos o personas de seguir ciertas normas establecidas de antemano, por lo que sí, somos raros. Os explico:

En España iremos de avanzados y progres, pero debemos confesar que hay mucho machismo todavía, los hombres hablan de fútbol, las mujeres de Sálvame o de la novela de la 1, los hombres son rudos y crueles, mientras las mujeres son sensibles y encantadoras y los hombres son unos promiscuos y las mujeres castas y puras. Aunque suene machista, estas son las convenciones, estas son las normas que la mayoría de la gente sigue.

Nosotros no, os cuento:

En el grupo predominan generalmente las mujeres, pero las mujeres no tienen ese típico comportamiento femenino que contaba arriba, no, es más, el micromachismo nos afecta siempre, cada vez que vamos a un bar, el camarero siempre nos pone la cerveza a nosotros y las Cocacolas a ellas, siendo yo la única excepción en el grupo, las cervezas son para ellas (y para mí) y las Cocacolas para ellos.

La de la administración de quinielas y loterías se sigue sorprendiendo de que las que echan las quinielas son ellas y nosotros nos limitamos a mirar qué ponen. Cuando quedamos para ver el fútbol, ellas son las que comentan las jugadas y las que aciertan, con razones y explicaciones de peso, quienes van a ser los cambios, nosotros nos limitamos a comentar cosas banales como la gente estúpida que sale en las gradas o preguntar continuamente qué es un fuera de juego, cosa que todavía nos cuesta mucho entender.

Pensaréis, seguro que es un grupo en el que los hombres son gays y las mujeres lesbianas, de ahí que todo esté al revés. ¡NO!, solo hay un gay y una lesbiana, casualmente, los cabecillas del grupo, es bastante raro que un gay y una lesbiana "lideren" de alguna manera un grupo de heteros.

Tenemos una facilidad de crítica que más quisiera un programa de debate, nos criticamos hasta decir basta con insultos y comentarios hirientes, muchas veces nos hacemos el día imposible y el peor día es cuando traes a tu pareja para que conozca a tus amigos... mientras tú lo pasas mal porque te dejan en evidencia delante de él/ella, él/ella lo pasa mal porque pasa por un interrogatorio que ni el que disparó al Papa sufrió.

Si sabemos que alguien odia algo, lo traemos, si te dan miedo los pájaros, intentamos que las palomas del parque salgan volando hacia ella, si te dan miedo las cucarachas, cuando pasamos por sitios oscuros comenzamos a hacer comentarios como "siento algo subiéndome por la pierna". Imagínate lo que podemos hacer cuando alguien se siente mal y tiene ganas de vomitar.

Nuestras peores fotos están a disposición de cualquiera en cualquier red social, se vuelven a subir con cierta periodicidad, para que no sean olvidadas y se comentan continuamente para que siempre aparezcan en el muro principal. Además, si alguien entra nuevo en el grupo, se le hace saber sobre la existencia de aquellas fotos.

No hay ninguno igual al otro, todos tenemos una característica que nos hace totalmente distinto al otro, aún así nos aguantamos como buenamente podemos. Toda la gente que termina conociéndonos se hace la misma pregunta, cómo os lleváis bien si no tenéis nada en común y os tratáis fatal.

Creo que somos los únicos amigos que superando la edad de los 20 años seguimos manteniendo una relación desde la guardería, creo que ahí está la base de todo, hemos mamado lo mismo.

Somos raros, pero nos queremos/odiamos

Álvaro Geller

P.D.: El día 25 es mi cumpleaños, espero que os acordéis de este blog cuando me compréis el regalo.


Podéis seguirme en Twitter: @AlvaroGarr

07 julio, 2012

La celebración hacia los cinco millones

Ayer, día 6 de julio, me gradué. Un camino de cuatro años que me tocó (obligué) conmemorar por medio de un discurso. Aquí os dejo el discurso que dijimos mi compañero Javi Guzmán y yo.

Según la gente, fue un discurso atípico, si nos ponemos a pensar, pocos discursos se dicen por una pareja de hombres, la mayoría suelen ser dichos por una sola persona o en el caso de una pareja, esta está compuesta por un hombre y por una mujer.

Además, fue bastante irónico hacia todos los sectores, a la misma vez que educado, pero siempre con un toque de humor. He de confesar que el discurso no se dijo tal y como lo vais a leer aquí abajo, puesto como dice uno de mis profesores favoritos: "un buen orador es aquel que lee el principio del párrafo y luego mira al público e improvisa el final con lo que ya tiene escrito, como era el caso de Martin Luther King", por lo que en afán de mirar al que en ese momento era mi público, improvisé más de dos o tres líneas.

Todo esto no podría haber salido bien sin la buena compenetración que tuvimos mi compañero y yo, tanto a la hora de componer el discurso, como a la hora de exponerlo, puesto que ambos teníamos en mente hacer un discurso en la misma línea. Todo esto se pudo comprobar en las numerosas felicitaciones que recibimos más tarde por parte de familiares, compañeros de clase, compañeros de otras carreras, profesores e incluso el decano y esos hombres con gorritos de lámpara de diseño vintage que presidían la ceremonia.

Sin más dilación... here it is!


- Buenas tardes
- Good evening
- Bienvenidos a nuestra graduación
- And welcome to our graduation
- Agradecemos a todos vosotros que hayáis tenido el interés y las ganas de haber decidido venir a vernos en una noche tan especial para nosotros, como es esta, el día de nuestra graduación, el culmen de nuestra carrera universitaria
- Mmm mmmm mmm Thank you
- Lo primero, enhorabuena a todos, también a los de Humanidades, Filología Francesa y Árabe, y aunque no nos escuchen, a los de Filología Hispánica y Clásica, Historia, Lingüística.
- El ser humano tiene una extraña costumbre de celebrar las peores transiciones de su vida. Celebramos el pasar de ser un año más joven a un año más viejo, hacemos ceremonia del paso de la vida a la muerte y esta noche celebramos el paso de la estupenda vida del estudiante a pertenecer al grupo de los 5millones… la cola del INEM
- La verdad es que no nos ha cogido por sorpresa, sobre todo, teniendo en cuenta que las primeras palabras que nos dijeron en la ceremonia de inauguración de la carrera fueron:

- “agradecemos la confianza que habéis depositado matriculándoos en una carrera de letras”

- Graduarse (o Licenciarse en nuestro caso) es una palabra complicada. El diccionario de la RAE seguro que da una definición, pero dudo que pueda aplicarse a todos y cada uno de nosotros, ya que para cada uno de vosotros significa algo diferente. Para algunos puede ser librarse de aquel profesor que nos ha hecho la vida imposible (seguro que todos tenemos a alguno en mente); para otros despedirnos de amigos a los que dejaremos de ver todos los días en la cafetería; quizás dejar de tener que escribir portafolios y comentarios de texto; y seguro que hay alguno que echa de menos hacer exámenes. Si algo tenemos todos en común es que es el fin de una etapa, pero sobre todo el principio de otra mucho más importante, el resto de nuestra vida.
- El entrar en la carrera no ha sido más que el principio de un proceso de conversión de cuatro años entre pasar de ser gente normal, aspirante a tener una vida normal y la gente nos saludaba de una forma normal con un simple “hola, qué tal el día” a “tú sabes inglés, no? Tradúceme esto” y empezamos a sufrir dolores de barriga, cabeza u ojos, al ver gente decir “GOOGLE”, “YOUTUBE” o “jajta” cuando se refieren al hashtag de tuiter.
- Pensad en un momento hace cuatro años. La mayoría acabábamos de empezar la carrera, para muchos la primera, y todos estábamos llenos de ilusiones, expectativas y ganas de aprender. De alguna manera o de otra todos teníamos la misma meta, el día de hoy; sin embargo, seguro que no somos las mismas personas. Muchos acababan de terminar Bachillerato, hecho selectividad y acabado en la UCA, otros venían rebotados de otras carreras, otros se unirían más tarde, pero todos recorreríamos el mismo camino, un camino que acaba aquí, pero éste camino era sólo el primero (y el más fácil).
- Durante estos cuatro años hemos pasado de ser simples humanos a ser máquinas pensantes para terminar creando una máquina que pueda pensar por/para o con nosotros. Hemos aprendido a debatir cosas que ni si quiera se han creado y sobre todo hemos aprendido a hablar de temas de los que no teníamos ni idea.
- El camino no ha sido siempre fácil, y hay cosas que nunca olvidaremos. Los viajes en tren o autobús o en coche a las 7 de la mañana, cuando el sol apenas empieza a asomarse tímidamente. Nuestro querido amigo Chomsky, omnipresente durante toda la carrera, que ha seguido dándonos quebraderos de cabeza incluso después de dejar la lingüística. EL principio de Cooperación y las máximas de Grice. La literatura anglosajona y Beowulf.
- Nos hemos convertido en gente repelente, me di cuenta de esto cuando una amiga (que se encuentra hoy entre nosotros) me dijo que me había convertido en la raya roja del Word porque siempre andaba corrigiendo a la gente, por ejemplo, mis familiares ya están pensando en si dejarme herencia o no. A pesar de ser la raya roja del Word, seguimos sin sacarle partido al Campus virtual, se nos sigue quedando pillado cuando mandamos el trabajo a última hora y todavía no sabemos enumerar las páginas en el Open Office.
- En fin, seguro que os hacéis una idea. Pero hay un dicho que dice que lo que no nos mata nos hace más fuertes, y todos seguimos aquí, ¿no?
Llegamos aquí sin saber la diferencia entre un crédito normal o uno de libre configuración, ni la diferencia entre una troncal y una obligatoria, ni por qué teníamos dos profesores para una asignatura y a veces nunca hemos llegado a conocer a uno de los dos. Pero tranquilos, ya, una vez terminada conocemos todo lo que esté relacionado con hacer una matrícula… menos una matrícula de honor.

- También nos convertimos en cazadores de mitos, empezamos a descubrir que esas absurdas leyendas sobre la universidad eran falsas, como que no pasaba nada si no venías a clase, que te pasas mucho tiempo en la cafetería jugando al mus o que todo sería más fácil puesto que estabas estudiando algo que te gusta, por lo que pondríamos más interés en las asignaturas… mentira.
También hay grandes leyendas que nos ha encantado desmentir, como que estudiar filología inglesa es aprender inglés y estudiar a Shakespeare, como que los profesores no se saben ni tu nombre, que no tienen compasión contigo y el típico “si no entiendes nada, te aguantas”… todo mentira, aunque creo que eso solo es mentira en esta facultad.

- Afortunadamente nos hemos topado con profesores bastante comprensivos, que han sabido tendernos la mano y que han viajado, en varias ocasiones, cruzando la línea entre profesor y compañero//
//Que se preocupaban por nosotros y nos alejaban del mal de la sociedad poniendo nuestros cuerpos y mentes a salvo haciendo coincidir las entregas de los trabajos con las festividades de todas nuestras ciudades: carnaval, feria, Navidades…
Para más INRI, nos cogían cariño y nos suspendían asignaturas para asegurarse de volver a vernos de nuevo en septiembre, y si nos querían mucho, para vernos también el curso siguiente.

- Otra de las grandes leyendas es aquella que cuenta que los mejores amigos salen de la universidad, esto no es mentira, esto es de las grandes verdades del mundo. Amigos de los que sus apuntes nos han hecho aprobar más de un examen o dos y que su explicación en el patio antes de entrar en el examen nos ha encendido la bombilla lo justo como para poder salir airoso de alguna que otra pregunta.

- Me siento honrado de haber podido compartir estos 4 años con todos vosotros. Como una gran familia, la convivencia no siempre ha sido fácil, han habido riñas y discusiones, pero al fin y al cabo todos nos hemos apoyado, ayudado en momentos de necesidad, y me gusta pensar que si ya no soy el chico que se encontraba perdido hace cuatro años es gracias a vosotros.

- Queremos hacer una especial mención a aquellas personas que nos han hecho mucho más amenos estos cuatro años, gente que nunca nos ha dado clase pero que sin ellos no estaríamos aquí hoy. Todo el equipo de la facultad, los primeros que entran y los últimos que salen: las limpiadoras; los camareros y cocineros de cafetería; conserjes, bedeles, secretarios y demás personal que aguantaban nuestras preguntas una tras otra, que nos servían el desayuno todas las mañanas con una sonrisa, que limpiaban las aulas que nosotros usábamos. Muchas gracias a vosotros también.

- Un profesor me dijo en los últimos días de clase: vais a echar de menos esto, cuando vuestro mayor problema sea terminar un comentario a tiempo o aprobar una asignatura. Todos sabemos que vamos a echar de menos esto, aunque puede que unos más que otros, pero por muchos problemas a los que nos enfrentemos en nuestras vidas, yo me quedo con que hemos llegado hasta aquí, que después de tantas noches de estudio, tanto sacrificio y trabajo, podemos con cualquier cosa que nos echen por delante.

- Por último, antes de despedirnos, nos gustaría pediros un favor. Nos gustaría que todos los que se gradúen esta noche se levantasen un momento y se dieran la vuelta. Ahora vamos a proceder a dar las últimas gracias de la noche, estáis mirando a la gente que nos  han pagado el bus, nos han apoyado en la época de exámenes, los que nos han dicho que todo va a salir bien, los primeros que nos preguntan cómo nos ha salido el examen, los últimos en desearnos suerte y a los primeros que llamamos a gritos cuando descubrimos que esa asignatura que pensábamos que estaba suspensa está aprobada. Nuestras madres, padres, hermanos, hermanas, amigos, amigas… toda esa gente que estamos mirando a los ojos en este momento han cumplido esa función y es la razón por la que estén aquí con nosotros esta noche, razón más que suficiente para ganarse este aplauso que le vamos a regalar ahora mismo.

Por último, como diría Robert Frost:
Aunque el camino haya sido encantador, también ha sido duro y profundo. Todavía nos queda un largo camino que cumplir y millas que andar antes de irnos a dormir y millas que andar antes de irnos a dormir


Álvaro Luther King

05 julio, 2012

La Reconquista


Como decía aquél rapero: "he vuelto, para los que creían que había muerto". Espero que no os haya cogido por sorpresa, ya lo avisé nada más empezar. Soy muy novelero y puedo llevarme rachas sin escribir, esta, exactamente de 22 meses... como decía mi profesor de Conocimiento del Medio: "eso no es nada comparado con la vida de la Tierra" y tenía razón.

Nadie es indispensable y sobre todo yo, pero me ha entrado el gusanillo de escribir cómo las visitas el blog han ido subiendo a pesar de llevar tanto tiempo sin escribir. Así que muchas gracias por todos los que habéis seguido entrando para ver si alguna vez me ha dado por escribir de nuevo.

La razón por la que no he estado escribiendo por aquí (en parte) es porque estaba haciendo otro blog con mi vida Erasmus (el cual tampoco terminé) en el cual contaba las pequeñas aventuras de vivir en un país extranjero con una cultura tan diferente que te impacta sobremanera, podéis leerlas en 


Espero que os gusten, aunque todo va por el mismo estilo.


Dicho esto, solo avisar que estoy de vuelta, me comprometo a empezar a rellenar este blog con gilipolleces como viene siendo de costumbre, pero con dos años de diferencia, dos años más de madurez, dos años que me han dado a pensar demasiado.

Vuestro más sincero admirador:
Don Álvaro Pelayo

08 agosto, 2010

El regalo del miedo

El otro día, tuve una de las conversaciones más interesantes, no por su contenido, ya que qué podemos esperar de una conversación con un niño de seis años que este año entraba en primaria y estaba contento porque, por fin, su hermana pequeña iba a estar en el mismo colegio con él; sino por lo que saqué de ella. De ella descubrí que el tiempo y la edad nos iba regalando una cosa que cuando somos pequeños es invisible para nosotros. El tiempo nos otorga el regalo del miedo.

Después de esa conversación, que duraría alrededor de una hora, me di cuenta momento por momento de que el tiempo nos aterroriza, no por el paso de él en sí, sino porque nos da unos valores de inseguridad ante todo en la vida.

Una de las cosas que el niño me contaba, era que el padre estaba pintando la fachada de su casa y que después le iba a poner un arnés para que él se pudiese subir a la azotea de su casa por el andamio. Si yo fuera un amigo suyo de su edad, inmediatamente hubiese pensado: "¡qué guay, yo también quiero!", pero no, pensé (y le contesté): "pues ten cuidado, no te vayas a caer", tras esas siete palabras me di cuenta que he envejecido en cuanto a miedo me concierne.

Tras esa conversación, empecé a analizarme en todo lo que le decía a un niño chico: "ten cuidado con la pelota, no vayas a romper algo", "mira a los dos lados antes de cruzar la calle", "no corras con las tijeras" o "no bajes las escaleras corriendo" han sido una de las perlitas que he podido soltar en estos últimos días a mis vecinos, primos y niños chicos que han pasado por el trabajo.

Gracias a estos niños chicos me he propuesto algo a conseguir en poco tiempo( cuanto antes mejor), gracias a estos niños chicos he empezado un análisis completo de cosas de mí que no me gusta y que voy a intentar cambiar.

Tiempo, hoy te propongo un reto. Me da igual que me rompa la cabeza, que mis intentos sean inútiles, no voy temer romperle el corazón a alguien o, mucho peor, que me lo rompan a mí. Hoy, Tiempo, me propongo devolverte el regalo más grande y más inútil que me han podido hacer alguna vez. Hoy, Tiempo, me propongo a devolverte el miedo que me has regalado tras veintiún años.

Hoy, Tiempo... no me voy a calentar más la cabeza.

Álvaro Pan